Un 12 de octubre de 1931 fue marcada por una trágica historia de amor y engaño en la lejana localidad conocida como Puerto Guaraní, departamento de Alto Paraguay. Una historia que fue pasando de generación en generación es de la que fueron protagonistas Delfina Servín y Mateo Gamarra, una historia de amor que terminó en un asesinato y que como pocas es recordada hasta hoy día.
Según cuentan, era cerca del mediodía en medio de una fiesta patronal cuando Delfina encontró a su amado en brazos de otra mujer y, cansada de su engaño, tomó la drástica decisión de acabar con su sufrimiento, ya que al parecer su enamorado era un «picaflor».
El hombre se encontraba bailando con una hermosa dama cuando de repente fue alertada por los chismosos, llegó al lugar su esposa y le reclamó sus andanzas.
Mateo, según cuenta la historia ni ahí le dio bola al reclamo de su esposa y siguió coqueteando con la doncella. Herida en lo más profundo y al parecer ya decidida a acabar con su quebranto, delfina sacó un arma y le dijo en guaraní: “Che ha’e Delfina Servín, ne’ĩrã chekuaapa”, allí descargó su ira dándole cinco tiros a su esposo.
No contenta, según contaron los presentes de ese caso que conmocionó al país, Delfina se acercó al hombre herido y le dijo antes de que pase al más allá, “reikuaáma, Gamarra, ku Delfina oje’eha, aníchene rejekeha si a tiempo roavisa”.
La trágica historia se inmortalizó en una canción, luego de cumplir su condena, muchos dicen que Delfina se dedicó a vender flores frente a un conocido cementerio de la Capital, hasta el final de sus días.
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