Eran poco más de las 14:00 cuando la fe o la necesidad de creer en algo superior para “espantar” la realidad llevaron a dos mujeres hasta un oratorio que se encuentra en el Bañado de Tacumbú. Se encontraban en pleno rezo ante el Altísimo cuando un bajísimo ser humano entró con un feroz puñal para robarles. Si bien en el momento logró escapar, más tarde la Justicia le cayó encima.

Gracias a las cámaras de circuito cerrado que se encontraban instaladas en el lugar se pudieron observar todos los movimientos de este pecador y se lo logró identificar. El tipo entró con una botella de gaseosa, se quedó junto a la puerta, que es de blindex, y observó a sus potenciales víctimas. Luego, cuando veía que no venía nadie, dejó que el mal se apodere de él.

Sin dudar se dirigió contra una de las mujeres y desenfundó un feroz estoque de unos 40 centímetros con el que la amenazó en todo momento para que entregue el celular y el dinero que tenía. Después de terminar con el atraco, salió pitando del lugar.

Por suerte, se hizo la denuncia como corresponde y los uniformados empezaron una búsqueda al individualizar plenamente al agresor. En horas de la tarde noche fue detenido en la vía pública, más allá que no se informó qué pasó con las cosas de las víctimas.